Según un informe reciente, más de medio millón de niños en España, la mitad de los cuales residen en Madrid, carecen de acceso a un pediatra especializado.
En el pasado, era habitual que los niños tuvieran un médico designado. Sin embargo, debido a la escasez de citas disponibles, ahora los padres se lamentan de que cada vez que visitan las clínicas, se encuentran con un médico diferente o deben recurrir a llevar a sus hijos a las urgencias del hospital en su lugar.
Según un informe publicado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), más de 523.000 niños menores de 15 años en España carecen de pediatra asignado, y ni siquiera tienen médico de familia.
La situación es más grave en Madrid, donde casi un tercio de los niños no tiene acceso a un pediatra. Según estimaciones de la AEPap, 281.544 niños madrileños carecen de médico asignado, lo que supone más de la mitad del total de niños afectados en España.
Cataluña sigue a Madrid como la segunda región con mayor déficit de médicos pediatras especializados, con 96.438 menores sin acceso a uno. Asturias también se enfrenta a una situación similar, con un 8,6% de niños sin acceso a un médico de familia.
En cuarto y quinto lugar se sitúan Navarra y Galicia, con un 6,1 y un 3,8 por ciento de niños sin acceso a un especialista, respectivamente. Castilla y León y Cantabria son las regiones donde es más fácil que los niños acudan al pediatra, con sólo un 0,6 por ciento y un 0,7 por ciento de niños, respectivamente, sin acceso.
Los niños se enfrentan a dificultades al tener que explicar repetidamente su historial médico cuando tienen que ver a un nuevo médico en cada visita o acudir a urgencias, ya que los médicos no están familiarizados con sus casos.
En un artículo de septiembre, la Dra. Rosa Añel, experta en seguridad del paciente, afirmaba que estudios recientes demuestran la importancia de una atención personalizada y continuada por el mismo profesional sanitario, ya que puede ser cuestión de vida o muerte. Una relación a largo plazo entre un paciente y su profesional sanitario fomenta la confianza, la comprensión y el compromiso, lo que se traduce en una atención más compasiva y segura.
Los profesionales sanitarios de Madrid han informado de que muchos pediatras han abandonado la región en los últimos años para trabajar en las provincias de Toledo y Guadalajara, en Castilla-La Mancha, donde pueden disfrutar de mejores horarios y condiciones laborales. En particular, los médicos jóvenes abandonan Madrid para poder pasar tiempo con sus propios hijos por las tardes. Castilla-La Mancha es una de las regiones con menor porcentaje de niños sin personal médico asignado, ya que sólo el 2,6 por ciento de los menores carece de médico.
Concepción Sánchez, presidenta de la AEPap, subraya que tener un pediatra de cabecera genera confianza y comodidad en los niños. No se trata sólo de conocer el nombre del médico, sino de tener una continuidad asistencial.
“A través del seguimiento, el pediatra adquiere conocimientos sobre el entorno biológico, psicológico y social del niño, incluidas las circunstancias de la familia, como cualquier problema intrafamiliar, separación, etcétera. Este conocimiento beneficia la forma en que el pediatra trata al niño”, explica Sánchez.
Supongamos que un niño sufre acoso escolar o tiene problemas en casa y acude al médico quejándose de dolores de estómago. Sin conocer la situación del niño, es posible que el médico no pueda identificar la causa subyacente del problema.